Talibanes cañís



El mismo día que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se cuadra ante la bandera de la República Española, en agradecimiento a los españoles de La Nueve que liberaron París de los nazis, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha renombrado una calle en honor a Millán Astray, que, para quien no lo sepa, fue el propagandista oficial del terror franquista a través de las ondas herzianas contra judíos, republicanos, comunistas, mujeres y cualquier español de bien que tuviera cariño a la democracia, que es justo lo que odiaban los talibanes cañís que hoy son reivindicados por sus herederos ideológicos, sin el más mínimo rubor, a la vez que se hacen los consternados por lo que ocurre en Afganistán y hablan de los talibanes en tercera persona.

La calle renombrada estaba puesta a nombre de Justa Freire, una de aquellas maestras que convirtieron la educación en la “sal de la República”, recordando la película ‘La lengua de las mariposas’. Millán Astray, que en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca le dijo “muera la inteligencia, viva la muerte” a su entonces rector, Miguel de Unamuno, el 12 de octubre de 1936 durante un acto por el Día de la Raza, aquella festividad franquista que tenía como objetivo buscar la pureza de la raza española para convertir en extranjero y enemigo a toda persona que mostrara signos de impureza y desafección a los talibanes cañís.

Lo que ahora quieren hacer los talibanes con las mujeres afganas es lo que hicieron los franquistas tras el golpe de Estado de 1936 y lo que volverían a hacer sus herederos ideológicos si no lo impidiera el Estado de Derecho. Justa Freire, una vez que triunfó el golpe de Estado franquista, fue condenada en un consejo de guerra a seis años de prisión por cometer el grave delito de introducir metodologías pedagógicas renovadoras y defender la educación universal, independientemente del sexo o clase social.

El talibanismo no lo han inventado los talibanes, fue el terror que difundió Millán Astray desde los micrófonos de Radio Nacional de España, fundada en 1937 y usada para recluir a las mujeres en sus casas, llamar a que fueran violadas, vejadas, rapadas y/o humilladas las republicanas, vetar el acceso a la educación formal o al trabajo fuera del hogar o que los únicos universos permitidos para las españolas fueran las cocinas, las sacristías o limpiar de rodillas los suelos de las familias del régimen a cambio de comida, cama y abusos.

El alcalde de Madrid, Martínez- Almeida, está más cerca de los talibanes de Afganistán que de los demócratas europeos que este martes han rendido un homenaje a los republicanos españoles que liberaron París de los nazis y abrieron las grandes avenidas de la libertad en Europa. Si pudieran y les dejáramos, los talibanes cañís volverían a prohibir que las mujeres pisaran las aulas de la universidad, que abrieran una cuenta bancaria, viajaran solas, fueran dueñas de sus propiedades o de sí mismas al margen de sus padres, hermanos, maridos o tutores y fueran maestras como lo fue Justa Freire.

https://luhnoticias.es/autor/raul-solis/

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