El discurso de Felipe VI: la noticia falsa del año

 


"Desgraciadamente, - asegura en este artículo el teniente Luis Gonzalo Segura - tanto Felipe VI como la ministra de Defensa, Margarita Robles, niegan la existencia de un problema ideológico en el seno del Ejército español y, por tanto, se muestran tan comprensivos como cómplices de la ultraderecha"


POR EL TTE. LUIS GONZALO SEGURA

(Condensado por canarias-semanal.org de su artículo "El discurso de Felipe VI: la noticia falsa del año")



Dijo lo que tenía que decir, lo que le habían autorizado a decir y, seguramente, lo que deseaba decir, pero no lo que debería haber dicho. Un discurso del que lo peor que se puede decir es que dejó indiferentes a casi todos. Ya ni tan siquiera extraña la oportunidad histórica perdida de rescatar de la inutilidad una alocución anual cada año más descontextualizada, más cercana a la autodestrucción. Hoy, en muchos hogares se le presta tanta, o tan poca atención, como a la letra de los villancicos.

Después de un mes en el que han salido a la luz múltiples escándalos ultraderechistas en el seno de las Fuerzas Armadas, lo normal en cualquier país democrático hubiera sido que Felipe VI repudiara expresa y tajantemente tales pronunciamientos. No ha sido así.

En total, se han publicado: un manifiesto ultraderechista firmado por más de 400 altos mandos militares; dos chats de promociones militares en grupos WhatsApp en los que se realizada apología del franqusimo, se debatía sobre la inconveniencia de perpetrar un golpe de Estado o se exponía el delirio de fusilar a 26 millones de personas como solución a todos los males que acucian a España...

...Con estas palabras no solo no ha repudiado a la ultraderecha, sino que la ha reforzando. Resulta que la Constitución Española, otrora vilipendiada por los extremistas, seguramente porque no la conocían ni suponían la interpretación que se haría de la misma, se ha convertido en uno de los bastiones de la España más conservadora y ultra.

No obstante, la Constitución Española faculta a las Fuerzas Armadas en el Artículo Octavo para perpetrar golpes de Estado, ya que, en un artículo absolutamente anacrónico e insólito en cualquier democracia avanzada del mundo, convierte al Ejército español en garante, por sí mismo, del Orden Constitucional y de la Integridad Territorial. Por tanto, que Felipe VI recuerde el deber de cumplir con la Constitución no mejora en casi nada la situación. Ni recrimina a los golpistas ni calma sus ansias, sino todo lo contrario: los legitima.

Desgraciadamente, tanto Felipe VI como la ministra de Defensa, Margarita Robles, niegan la existencia de un problema ideológico en el seno del Ejército español y, por tanto, se muestran tan comprensivos como cómplices de la ultraderecha.

Por tanto, Felipe VI ha cometido un error histórico, otro más, por no posicionarse decididamente contra el extremismo y optar por la ambigüedad, lo que, obviamente, se debe a los favores que tanto él como su familia han recibido históricamente de las élites franquistas y del propio dictador, pero nada en comparación con el ejercicio de cinismo empleado para referirse a los múltiples escándalos que han afectado a su padre, incluida la cuenta con 100 millones de dólares de la que era beneficiario el propio Felipe VI.

España no merece una monarquía, pero sobre todo no merece esta monarquía. No merece un rey que engaña deliberadamente a los ciudadanos a los que debería servir, mientras regala complicidad, cariño y protección a los ultraderechistas.

Afirmar que todos los españoles son iguales ante la ley cuando él mismo goza constitucionalmente de "inviolabilidad jurídica", es decir posee la capacidad de cometer cuantos delitos le plazcan mientras sea el monarca español, resulta un ejercicio de cinismo tan exagerado que excede con mucho, incluso, las habituales licencias políticas. Y es que tal afirmación puede competir sobradamente por convertirse en la noticia falsa del año en España.

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