Ha cumplido 81 años pero sigue siendo ese adolescente irlandés que con 18 años hizo su primer viaje a España y se enamoró de “una península llena de secretos y enigmas”. Tan ilusionado como aquel Ian Keith Gibson Ritchie que tres años después, en 1960, obtuvo la licenciatura en Literatura española y francesa en el Trinity College de Dublín. Con tanta energía vital como aquel dublinés que en 1962 se inicia como profesor de español en una universidad de Belfast. Tan entusiasmado por escribir como cuando hizo su segundo viaje a Granada en busca de Lorca en 1965 antes de empezar a trabajar en la Universidad de Londres en 1968 donde impartió clases de literatura hispánica.
Ahora es el mismo escritor impulsivo que en 1978 se vino a España para ya quedarse definitivamente, en su patria, en su tierra, en su país, porque nació donde le tocó nacer pero eligió ser español. Y no es solo es que lo sea sino que es el más español de todos los irlandeses y, en mi opinión, el más patriota hispánico de todos los británicos, un patriota español con sangre irlandesa.
El gran hispanista, biógrafo de Lorca, Dalí, Buñuel o Queipo de Llano y narrador e investigador de la Guerra Civil, amó este país cuando de jovencito, en una librería de Dublín, encontró el Romancero Gitano. Ahí comenzó el idilio y lo recuerda afirmando que "No sabía el idioma, pero algo se comunicó conmigo". Luego continuaría el amor apasionado con Federico, con Machado con el Quijote y hasta con los boquerones en vinagre (doy fe de lo último).
Vive en el barrio de Lavapiés al que denomina su pueblo y capital del mundo. Antes lo fue entre el cielo y el Mediterráneo, El Valle en Granada. Más tarde Málaga como la ventana desde la que divisaba todos los días La Farola y la Bahía, el cielo y el mar.
Cada vez que puede se escapa al campo a volcar su segunda gran afición, pasión, devoción y formación, la ornitología. Le viene de niño le encanta la urraca, le fascina el charrán pero no le gusta el cuervo marino ya que le trae a la memoria “a ciertos clérigos que se meten donde no debían”. De las gaviotas creo que detesta aquellas que no vuelan y sirven de logotipo. Por esta causa de Gibson han dicho, medio en broma y medio en serio, que "llegó a España persiguiendo gansos y terminó persiguiendo la verdad".
Esta es la cuarta entrevista que le realizo. Hace cuatro años tuvimos distintos encuentros en Málaga cuando vivía a caballo entre Madrid y la ciudad andaluza. Recuerdo especialmente una entrevista, en que ante la premura y la falta de tiempo, la hicimos a bordo del AVE Madrid-Sevilla. Siempre amable, siempre abierto a complacer al periodista. Destaco de su perfil humano que detrás de un hombre duro en su verbo, de pétreas convicciones y contundente en sus afirmaciones - a veces ácido- hay una persona tierna, sensible y muy humana. Un intelectual que no solo quiere a España sino que le duele como le dolió a Machado, Unamuno u Ortega. Y por esas heridas de dolor supuran frases como que "Ningún país decente dejaría a más de 100.000 víctimas de una dictadura en cunetas". Un intelectual auténtico de bellos rizos británicos, tez clara y rostro irlandés que cree que ahora es un buen momento para plantear una unión con Portugal, otra pasión, la fusión luso-hispana, que compartimos.
Decía Rilke que "La verdadera patria del hombre es la infancia". Gibson dinamita esta aseveración porque su patria es España. A Irlanda la quiere, y mucho, pero no tanto como ama a la piel de toro, incluida Portugal, en ese mosaico de dos teselas. Hoy nos habla de eso y de más cosas en estos dramáticos momentos de la historia del pueblo español que analiza desde su confinamiento de Lavapiés, su pueblo ¿Quién mejor que él?
Pregunta: -Usted, cotidianamente, tiene su propio y habitual confinamiento en casa. Leyendo, escribiendo y trabajando, pasa muchas horas encerrado pero a la vez ama la naturaleza, su sensación de libertad y es un vocacional ornitólogo aficionado al avistamiento de este tipo de aves ¿Cómo lleva estos más de 50 días de confinamiento?
Respuesta: -Si te digo la verdad -¿y para qué te voy a mentir?- no estoy sobrellevando nada bien mi confinamiento aquí en Lavapiés ¡Tengo ganas de mar, de volver al Coto de Doñana, de subir al Generalife! Siempre he tenido que convivir con una profunda angustia en relación con la muerte y ahora, en medio de esta plaga y con mis 81 años a cuestas, se ha recrudecido. Quizás mi único consuelo es haber podido dedicar gran parte de mi vida a investigar y contar algo del misterio llamado Federico García Lorca, cuya obra me acompaña siempre.
Pregunta: -¿El Covid-19 le ha interrumpido muchos proyectos en marcha?
Respuesta: -Estaba ya embarcado en un libro sobre España como yo la querría ver cuando nos cayó encima este horror. Sigo con el proyecto pero, al no poder viajar e indagar, me está costando. También me ocupan unas memorias de mi infancia y juventud irlandesas, esta vez en inglés. Hago lo que puedo.
Pregunta: -¿Piensa como muchos auguran que tras superar la pandemia van a cambiar cosas, se van a transformar conceptos e ideas o, por el contrario, será "flor de un día" y perderemos otra vez la memoria?
Respuesta: -Creo que nada va a ser ya lo mismo, que la "nueva normalidad" será todo menos que "normal", por lo menos para los de mi generación. Quisiera creer que la humanidad va a aprender mucho de lo ocurrido, que optará, pasado lo peor, por una vida más sencilla, más en contacto con la Naturaleza, pero me cuesta tener esta fe, esta confianza. El ser humano es terriblemente egoísta y le cuesta aprender de su experiencia.
Pregunta: -¿Por qué a la derecha no le gusta el concepto de ir a una "nueva normalidad" y solo acepta el de volver a la normalidad, a secas, a la de antes?
Respuesta: La derecha española me parece lamentable, probablemente la más nefasta de Europa. Es incapaz de afrontar la vergüenza del régimen franquista, su criminalidad. Y de reconocer la realidad histórica de un país cuya alma es mestiza. ¿Dónde está la derecha moderada, culta, civilizada? No se vislumbra por ninguna parte. No dice nunca nada, si es que existe. A mí me tiene desesperado esta situación porque impide el progreso de un país que amo.
“Pablo Casado me parece un absoluto desastre para el país (y para sí mismo). En cuanto a Vox, que tengan 52 escaños en el Congreso lo dice todo: bochornoso”
Pregunta: -¿Cómo valora la tensión y los niveles de crispamiento que está sufriendo la política española? Ve, tras las cortinas del juego político, otra realidad oculta ¿un uso del drama que vivimos como oportunidad de cambio político o asalto a un poder con guante de seda?
Respuesta: - Bueno, solo puedo ampliar la respuesta a la anterior pregunta. Es obvio que el único interés del PP en estos momentos es derrotar a Pedro Sánchez y el Gobierno de coalición. Para conseguirlo es capaz de todo. Casado me parece un absoluto desastre para el país…y para sí mismo. En cuanto a Vox, que tengan 52 escaños en el Congreso lo dice todo. Es bochornoso. Aquí no se rompió debidamente con el régimen anterior y ahora estamos viendo los resultados. Uno de ello es que un torturador sádico como Billy el Niño haya podido morirse tranquilamente en su cama con sus medallas intactas y sin tener que rendir cuentas a nadie. Es que me produce asco.
Pregunta: -¿Qué le parecen en términos de comportamiento sociológico o de respuesta política las "caceroladas" ruidosas que intentan sustituir al generoso y cariñoso aplauso de las 8 de la tarde?
Respuesta: - Pues un síntoma más de lo que voy diciendo. Organizar caceroladas en estos momentos tan dramáticos en vez de arrimar el hombro es no solo de gente malvada sino desquiciada, fanática. Pienso siempre en Antonio Machado y su llamada al diálogo. No se puede dialogar con una persona que se niega a hacerlo.
“El Brexit ha sido una traición. El engreimiento de inglés superior de Boris Johnson me repele tanto como me desconsuela la debacle del Partido Laborista”
Pregunta: - Por su profundo conocimiento de la política de su tierra natal ¿esperaba una gestión tan errática de la crisis sanitaria como la que está llevando Boris Johnson?
Respuesta: - De Boris se podía esperar todo, recordando sus actuaciones a lo largo de los años y, sobre todo, el desprecio que siempre mostró por la Unión Europea. Para mí el Brexit ha sido una traición. El engreimiento de inglés superior de Johnson me repele tanto como me desconsuela la debacle del Partido Laborista bajo el liderazgo tan poco carismático de Corbyn.
“La propuesta del Iberolux de alcalde de Oporto es muy interesante y tengo muchas ganas de hablar con él Si salimos de esta iré corriendo hasta allí para saludarle”
Pregunta: - Intelectuales como Almeida Garrett, Natalia Correia, Juan Valera, Miguel de Unamuno (algo Machado) o José Saramago, fueron defensores de la Unidad Ibérica y del acuerdo de fusión, desde distintas fórmulas, de España y Portugal. Tú mantienes que España podría ser una Tercera República Federal con Portugal. Ahora, el alcalde conservador de Oporto, Rui Moraria, apuesta por un Iberolux al modo del Benelux. Lo hemos hablado al compartir ese sueño y mucho más ahora, tras el "milagro económico" portugués y el digno ejemplo de sus políticos en esta pandemia ¿Sería este el momento idóneo para impulsarlo frente a una Europa del Norte que nos humilla?
Respuesta: - Sí, sí, claro. Yo soy iberista convencido desde hace años, como tú bien sabes. Mi gran España soñada, en realidad, es República Federal Ibérica. La actual división del país en 17 autonomías, algunas muy pequeñas, me parece aberrante en una península cuyas regiones están cada vez mejor conectadas por carretera y ferrocarril. Vivir de espaldas a Portugal es un profundo error. ¡Necesitamos su ayuda, su cooperación! La propuesta del alcalde de Oporto es muy interesante y tengo muchas ganas de hablar con él. Si salimos de esta iré corriendo hasta allí para saludarle.
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