Un sinfín de materia gris perversa envuelta en papel couché.



No sé qué me preocupa más, si el Corona virus, Girauta, Vox, La Academia Militar de Zaragoza, el pin parental, La Corona, El Islam, la Iglesia, Greta Thunberg, el cambio climático, la Violencia de Género, Vara, Monago, El paro, los desahucios, Las pensiones, el SMI, los agricultores y ganaderos, los rojos, los gays, lesbianas, trans, El Poder Judicial, el feminismo, Trump, Venezuela o todo y nada, que también pudiera ser en este largo etcétera de un sinfín de materia gris perversa envuelta en papel couché.

Es tan amplio el espectro que coges complejo si no opinas o crees que puedes hacerlo con solvencia crítica y objetiva, haciéndonos partícipes de un legado fútil y pasajero creado a demanda según convenga al momento. Nos manejan como a títeres dónde y cuándo conviene, pero lo peor es que nos lo creemos. “El poder del pueblo, la opinión de la calle”. ¡Je, je! ¡Tonto que estoy tonto!...vamos que me estáis poniendo.

Yo no tiro la toalla, ni rasgo vestiduras, pero hombre hay que poner coto a la razón, porque estamos pillando unos vuelos que ni la Luftwaffe (valga la comparación) en sus mejores momentos. De todo no podemos opinar con conocimiento de causa, muchos no tenemos biblioteca y sobre todo que me usen como arma arrojadiza contra otros, cansa. La demagogia como como sistema atributivo al personal de a pie me exaspera. Ni todo blanco o lo contrario. Están fabricando imbéciles al mayor con descaro y usándonos en vida como peones a un juego simulado para la casta que también la hay de izquierdas, aunque realmente palmamos los mismos de siempre.

No sanamos de una herida ya tenemos otra. Algunas tan viejas que a los más lozanos aun en bruto y por hacer, se les condiciona, sesga el pensamiento libre, cargándoles un muerto histórico. Estamos creando fanáticos de una y otra orilla. El termino respeto ha pasado a mejor vida sustituido por a favor o en contra, bueno dependido de qué y quién hablemos. No es lo mismo “respetar” a una persona sencillamente porque no apoye la causa de ciertos colectivos declaradamente. Es decir, le da igual y no le importa en absoluto vivir con ello, porque de momento es un fascista grado A, o lo contrario, un rojo cinco estrellas. Hay que hacerlo con un musulmán que guillotinaría a un ciudadano por el hecho de ser gay, comprende que la mujer es un ser inferior y el resto de los mortales infieles. Ah, aquí sí, esto es respeto a su cultura, su identidad, su religión…. ¿?

Ni el ciego de El Lazarillo de Tormes invento la ONCE, ni el pensamiento libre Carlos Marx. Tengo ciertos límites para la cordura y me empieza chirriar tanto fanático de sillón, yo mismo lo he sido muchas veces, y en otras tantas no me doy cuenta, me están usando como perro mestizo y asilvestrado.

La manufactura de seres en origen A o B sin causa previa no para y eso llama a un efecto devastador en el concepto que yo tengo de libertad. Por eso solo pido reflexión, libre albedrío y menos etiquetas. Esto ya parece el Corte Ingles aunque con menos variedad de tallas.

¡Salud y república!

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