Que los asustaviejas no os cuenten cuentos...


Que los asustaviejas no os cuenten cuentos: el voto en las elecciones europeas no sirve para nada. Y sí, es verdad que más allá de las fronteras de los Estados-nación occidentales se decide no solo una parte de las políticas económicas nacionales, sino ‘toda’ la parte. Pero, por desgracia, no se decide en parlamentos ni instituciones democráticas que actualmente son simples extensiones de poderes superiores. Se decide, institucionalmente, en el FMI, en Washington D. C., en el BCE (Bundesbank) y, originariamente, en comedores palaciegos o reservadas oficinas, nunca en teatrales asambleas presuntamente representativas de la voluntad popular.
Para ser justos, habría que hacer un apunte: este voto sí sirve para algo, pero ese algo tiene que ver con participar en un simulacro que tiene como resultado ofrecer verdaderos retiros de platino (los dorados, a nivel nacional, se suelen dar en el Senado) a personajes, normalmente indeseables, que se ven así compensados por los muchos (y habitualmente sucios) servicios prestados. Véase, por ejemplo, el caso de un degenerado como Borrell.
Y también se puede dar la circunstancia, como en este caso, de que un voto por naturaleza inútil pase, en un país como España en el que los cauces de expresión y participación democrática están tan restringidos que son nulos en la práctica, a tener una utilidad como altavoz social. Y más después de haber estado moralmente obligados a participar (sabiendo que lo eran) en las pasadas elecciones-trampa.
Así, pudiendo aprovechar la inocuidad de la convocatoria, podemos dar rienda suelta a la mala leche. Y yo por mi parte, desde la meseta y sin ser catalán, lo haré votando por opciones independentistas catalanas, porque sé que es lo que algunos canallas no quieren que ocurra (de ahí el perfil tan bajo que se está guardando en referencia a estas elecciones) y porque viendo lo que pasó aquel 1-O y lo que está ocurriendo en ese indescriptible juicio-farsa de la venganza, lo menos que puedo hacer es mostrar mi solidaridad con toda esa gente que quiso decidir algo por métodos pacíficos y democráticos (sin importar qué era ese algo, o si nos gusta más o menos).
Pero hay más formas de protestar con el voto, y en esta ocasión no se me ocurre que ninguna pase por abstenerse o votar a partidos del régimen del 39. Así que sé imaginativo/a y seguro que se te ocurre alguna. El caso es no desperdiciar la única ocasión que (tristemente) tenemos de poder expresar nuestra opinión sin más condicionante que el de nuestra voluntad.

Pepito Grillo

Comentarios