No, Podemos no quiere prohibir los piropos: así te están manipulando los medios con este bulo

Desde varios medios de comunicación se ha difundido que el partido morado quiere condenar los piropos. Pero esta no es la propuesta real: lo que se propone penalizar son los comportamientos de carácter sexual o sexistas que produzcan una intimidación en las víctimas.
Desde hace unas semanas, una ‘fake new’ ha llegado a buena parte de los medios de comunicación: Podemos quiere condenar los piropos. La 'noticia' ha sido difundida en esos términos en televisiones como Antena 3 o La Sexta y en periódicos como El EspañolOkdiarioLa VanguardiaLa Voz de Galicia... Una diferencia que no es menor, porque hace sonar como ridícula esta propuesta. La insistencia ha sido tal, que en la calle y en las redes se ha creado un debate sobre prohibir los piropos o no, cuando esa nunca fue la idea.
Pero la realidad es que la formación morada no penaliza esto, lo que incluye en su Propuesta de Ley de Protección Integral de la Libertad Sexual es condenar el acoso callejero. Es decir, comportamientos de carácter sexual o sexista que produzcan una intimidación en la víctimas.
La diputada de Podemos Ione Belarra aclaró en su día que, aunque la formación considera que piropear en la calle es una falta de respeto, no proponen sancionar los piropos, sino las situaciones en las que exista intimidación. 
Con esta propuesta, un piropo que se dice por la calle, no sería condenado si no va acompañado de una actitud intimidatoria. Como apuntan desde Podemos a Público, la diferencia está en que “los comportamientos tienen que crear una situación intimidatoria a la víctima”, sin que llegue a suponer un trato degradante ni un atentado contra la libertad sexual que pueda ser constitutivo de otro delito más grave.
En concreto, la propuesta dicta incluir en el artículo 172 del Código Penal lo siguiente: “Será castigado con pena de multa de 3 a 9 meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 50 días el que se dirija a una persona en vía pública con proposiciones, comportamientos o presiones de carácter sexual o sexista que, sin llegar a constituir trato degradante ni atentado contra la libertad sexual, creen para la víctima una situación intimidatoria”.
Por esto, un piropo por la calle desde la distancia, en el que el hombre no se para a acerca a la chica, no se penaliza al no ser acoso callejero y no producir intimidación. “Esa conducta puede ser sexista y resultar molesta, pero no es delito”, aseguran. Aquí dejamos tres casos que sí serían acoso callejero, para reflejar la diferencia entre un piropo y lo que se propone penalizar. Situaciones que, a día de hoy, siguen viviendo muchas de las mujeres en sus vidas.
Invadir el espacio
Un hombre se acerca y dice frases obscenas al oído de una mujer. Esto es un hecho mayor que decir unas palabras por las calles: es una invasión de un espacio personal que puede llegar a generar una situación intimidatoria, aunque no haya ningún tocamiento.
El seguimiento por las calles
Ir por la calle, que un hombre diga unas palabras con connotaciones sexuales o sexistas y que siga a la víctima, sí es acoso callejero. Con esto, el agresor va más allá de lo que son decir unos piropos, en un acto que tiene un efecto de intimidación sobre la mujer.
Acorralar a una mujer sin tocarla

Un hombre acorrala a una mujer en la calle diciéndole frases de contenido sexual pero sin tocarla, ni obligarla a que lo toque. Esto también supera lo que son los piropos, y cercar a una mujer tiene intención de producir un miedo sobre la víctima que, según la reforma de Podemos, también sería penalizado.


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