Partido Español

Probablemente, el mayor problema del Partido Socialista Obrero Español es que hace mucho que no es socialista, pero mucho. Aunque no es menor que ya nadie se crea lo de obrero. Así que lleva ya mucho tiempo, desde bastante antes de que cayera Zapatero, siendo sencillamente un Partido Español, que es lo que permanece cuando se te caen la S y la O.
Mientras ZP pudo poner en marcha algunas llamémosles “medidas sociales” se mantuvo la ficción. Sin embargo, la base de su actuación no se centra en lo que el PSOE ha hecho (aunque ganas me dan de recordar a Solchaga y a Boyer) sino en lo que no ha hecho. Esto es lo que no ha hecho: terminar con el franquismo que permanece en la sociedad y en la economía española y que penetra partidos políticos, bancos, grandes empresas, medios de comunicación y el sistema educativo.
Un momento de hace un par de meses para ilustrarlo:
El pasado 2 de abril el PSOE pedía en el Senado la ilegalización de la Fundación Francisco Franco. Con ello no hacía sino poner en evidencia que ni en los catorce años de gobierno de Felipe González, ni en los siete de Zapatero, se habían tomado la molestia de hacerlo, ilegalizarla ellos.
Pero es que solo dos semanas antes, el 20 de marzo, el PSOE volvía a pactar con el PP no revisar ni modificar la Ley de Amnistía de 1977. O sea, pactaba de nuevo y por tercera vez, no juzgar ni siquiera los crímenes de lesa humanidad de la Dictadura, tal y como lleva años reclamando la ONU. Gracias a eso ahí siguen paseando tranquilamente cómplices de asesinato, torturadores, ladrones de niños…
Y ahí, precisamente ahí, es donde se encuentra la podredumbre que une al PSOE con el PP en un maldito matrimonio indisociable: en su soterrado y continuo apoyo al franquismo que permanece. Evidente sobre todo ahora que la ficción del bipartidismo ha caído por su propio peso.
En este mismo sentido, cabe también recordar cómo el PSOE en pleno se ausentó del Congreso de los Diputados, junto al PP, el día en que los familiares de represaliados republicanos visitaron la Cámara, hace solo tres años y medio, el 10 de diciembre de 2014.
Ignorancia católica
Todo lo anterior en cuanto al franquismo. Capítulo aparte, y durísimo, por cierto, supone su absoluta connivencia con la acción de latrocinio y construcción de ignorancias de la Iglesia católica, cuyo relevante papel en la educación (con más 5.000 millones de euros de dinero público ¡al año!) destroza cualquier posibilidad de igualdad en todos los sentidos, por sobre todo de género y clase.
Me declaro absolutamente incapaz de entender cómo, cuarenta años después, los socialistas tienen la indecencia de defender que no se juzguen los crímenes de torturadores y asesinos franquistas. Y absolutamente incapaz de entender, cómo cuarenta años después, siguen protegiendo el expolio llevado a cabo por la Iglesia católica y la implantación de su educación en la desigualdad, la ignorancia, las vírgenes y las llagas.
En realidad, sí lo entiendo, en lo referente a sus dirigentes. Hay que recordar José Bono considera que “los votantes del PSOE y del PP tienen menos diferencias entre sí que sus dirigentes”. Lo que no comprendo, no comprendo de ninguna de las maneras, es cómo las bases permiten todo lo anterior y por qué siguen apoyándoles en dicha infamia.
Luego ya un día hablamos de su apoyo a la Corona y su destrucción de cualquier idea de República, que el tema merece artículo aparte.
(*) Dedicado a Alfoso Guerra, el siniestro tocador de Mahler.
Cristina Fallarás 
La ficción del PSOE

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